Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición

38 Leyendas y arquetipos del Romanticismo español mozo 1 de la brigada. Es tan bueno y tan llano, 2 que todo el mundo le quiere... —Parece que estás muy impuesta en 3 todo lo concerniente a ese caballero—dijo su ama interrumpiendo a la negra—. Pero como todo eso ni me atañe 4 ni me importa, guárdalo para ti y otros curiosos. —Aquí tiene mi ama a su perrito, más azul que una pervinca 5 —dijo la humilde muchacha para distraer a su ama. “Pero la Hija del Sol no pensaba ni en el perrito azul, ni en su doncella negra. Días había que un gallardo 6 joven la seguía por todas partes: le veía en todas partes, en la calle, en la iglesia, en sus pensamientos, en sus sueños! Ahora se le encuentra alojado 7 frente a su ventana; se le han nombrado; se halla 8 casi en relaciones con él, por medio de un saludo que no ha podido excusar! “De más está el que se añada que las Navas, que fue uno de los más cumplidos caballeros de su época, al ver a la Hija del Sol, había concebido por ella una de aquellas pasiones que en tiempos en que no absorbía la política completamente a los hombres, henchían 9 y exaltaban sus almas a punto de intentar lo imposible, movidos por ellas. “Mucho tiempo fueron inútiles todas sus gestiones 10 ; porque a la Hija del Sol habían sido infundidos 11 principios religiosos, que si no siempre alcanzan, 12 en vista de la fragilidad humana, a evitar una culpa, 13 siempre llegan a enmendarla 14 o a corregirla. Las Navas estaba desesperado; la Hija del Sol, por su parte, había trocado 15 su anterior tranquilo fastidio 16 por un constante dolor que la consumía. Francisca, la negra, llena de compasión por los sufrimientos de ambos, y cediendo 17 a sus instintos de raza incivilizada, sin reflexionar en la culpable causa de estos voluntarios sufrimientos, ni en las trascendentales consecuencias de su necia 18 complacencia, 19 cedió a los ruegos de las Navas, y una noche en que estaba su ama tristemente sentada en el cenador del jardín, le abrió una puertecita que éste tenía, y que daba a la Albina, sitio solitario y pantanoso 20 que se extiende entre la Isla y el mar. “Es una verdad muy conocida la de que el primer paso es el que cuesta. La puerta que tan imprudentemente abrió la negra, lo fue ya cada noche. En aquella galería, poco ha 21 tan sola y vacía; entre aquellas flores, poco ha tan desdeñadas 22 ; a la claridad de aquella luna, poco ha tan desatendida, 23 pasaban los amantes noches de encanto, y cuya felicidad adormecía hasta la conciencia. De esta suerte pasó un año. “Entonces acaeció 24 que el Capitán General del Departamento, que había ido a Jerez, murió allí repentinamente: toda la brigada de guardias marinas tuvo que trasladarse a aquel pueblo para acompañar el entierro. 25 Esta ausencia, por corta que fuese, causó un vivo dolor en dos seres que había un año que no podían vivir sino en la misma atmósfera, y para los cuales era la ausencia un compuesto de dolor, de inquietud, de ansiedad, de temor y de celos. 1 joven militar 2 accesible, sin presunción 3 enterada de 4 no me corresponde 5 flor azul similar al periwinkle 6 airoso, galán, valiente 7 hospedado, billeted 8 se encuentra 9 aumentaban, llenaban 10 intentos 11 inculcados 12 llegan 13 pecado, delito 14 arreglarla 15 cambiado 16 tedio, aburrimiento 17 sometiéndose, rindiéndose 18 ignorante 19 satisfacción, placer 20 marshy 21 hace poco 22 menospreciadas 23 no apreciada, abandonada 24 devino, ocurrió 25 burial Castillo de Sancti Petri en la costa sur de La Isla de León. Foto de Pablo Jones, 2007. Wikimedia Commons [petri. jpg]. Alt text: Una escena playera en la luz anaranjada del ocaso. Vemos en plano general las siluetas de dos personas caminando en las olas y, en el fondo, el perfil del castillo. Cádiz contó durante siglos con un monopolio sobre el comercio en las Indias , que fue la base de su clase burguesa.

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