Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición
35 Fernán Caballero —Por fortuna—repuso 1 riendo la Marquesa—, el trono que arde aquí lo fue siempre de un jilguero. 2 —Si te viese Joaquín Becker a , le servirías de modelo para algún cuadro de la Viuda de Padilla b —prosiguió 3 la que había entrado. —Desahoga 4 ese buen humor que rebosa 5 en ti como la alegría en los niños—respondió con resignación la Marquesa. —Tu recomendado sir Robert Bruce c diría al verte, que lo que verda- deramente progresa en el mundo es el spleen . d —Pero, amiga mía—replicó la Marquesa—, cuando se tienen penas... —Si me hablas de penas, tomo el portante 6 —interrumpió la señora—: tengo una cáfila 7 de ellas a tu disposición, que me dejo en casa cuando salgo. Vengo a que nos distraigamos un rato en sabrosa plática, como dicen los buenos hablistas, exóticos ya entre nosotros. Dejemos las lamentaciones para Semana Santa. —De ningún modo me entretendrías mejor y más a mi gusto—repuso la Marquesa—que contándome la historia de aquella hermosa dama que debió a su extraordinaria belleza el nombre por el que fue conocida. —¿La Hija del Sol?... Verdad es que prometí referírtela; y cierto es también que nadie te la podrá contar con mejores datos 8 que yo, habiéndolos adquirido en la Isla de León, e teatro del suceso, donde pasé mi primera juventud, siendo mi padre capitán general del Departamento. Sentáronse ambas amigas frente a la chimenea, avivaron el fuego, y la Marquesa se puso a escuchar con ansiosa curiosidad el siguiente relato: “Quedó viuda la señora de *** con sólo una hija,de tanmaravillosa belleza, que mereció el dictado 9 de la Hija del Sol, por el cual era conocida. Criola su madre lejos del mundo, en silencio y soledad, velando 10 incesantemente sobre su tesoro, hasta ponerla en manos del hombre digno y honrado que, uniéndose a la hermosa joven, le dio su nombre y hacienda. Don A. F. era un hombre de mérito, y la Hija del Sol se unió a él, sin desear y sin oponérsele la boda: siguió en esta ocasión el dictamen 11 de su madre, que nunca había hallado oposición en la dócil niña. “Gozaban hacía algun tiempo los esposos de una felicidad sin nubes, cuando un acaecimiento, 12 inútil de referir, obligó a don A. F. a hacer un viaje a la Habana. “Entonces rogó 13 a su suegra que se encargase de su hija, y la llevase fuera de Cádiz durante su ausencia. Hacíalo, porque en aquella época—por los años de 1764—era Cádiz rica y poderosa, y el oro arrastraba en pos de sí ese lujo, esos placeres, esas vanidades, esa embriaguez 14 y esas pasiones que son su séquito 15 ordinario. Para alejarse de este foco 16 de seducciones y peligros, don A. F. les suplicó 17 que se trasladasen 18 a la Isla, ciudad de arsenales 19 y de marina,vasta y solitaria, porque Cádiz lo absorbía todo en sus cercanías. 20 “Mientras un barco salía lentamente de la bahía de Cádiz, entonces a Pintor costumbrista de Sevilla, tío de Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer. b María Pacheco. Después de la muerte de su esposo, encabezó la sublevación comunera (1520-1522) en Toledo. c Rey de Escocia en el siglo XIV. Figura en la película Braveheart (1995) de Mel Gibson. d En la medicina clásica y la neoclásica el esplín y la vesícula biliar estaban asociados con el humor o líquido corporal bilis amarilla, cuyo exceso causaba agresividad. e Área de Cádiz. 1 respondió 2 colorín, goldfinch 3 continuó 4 expresar y comunicar para aliviarse 5 abunda 6 me marcho 7 a flock 8 información 9 título 10 vigilando 11 consejo 12 evento 13 pidió, suplicó 14 intoxicación 15 entourage 16 centro 17 pidió 18 se mudasen 19 navy yards 20 vecindades
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