Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición

7 José Cadalso conocí que el cuerpo del bulto huía de mi tacto.Mis dedos parecían mojados en sudor frío y asqueroso; y no hay especie de monstruo, por horrendo, extravagante e inexplicable que sea, que no se me presentase. Pero ¿qué es la razón humana si no sirve para vencer a todos los objetos y aun a sus mismas flaquezas? Vencí todos estos espantos. Pero la primera impresión que hicieron, el llanto derramado 1 antes de la aparición, la falta de alimento, la frialdad de la noche y el dolor que tantos días antes rasgaba mi corazón, me pusieron en tal estado de debilidad, que caí desmayado 2 en el mismo hoyo de donde había salido el objeto terrible. Allí me hallé por la mañana en brazos de muchos concurrentes 3 piadosos que habían acudido 4 a dar al Criador las alabanzas 5 y cantar los himnos acostumbrados. Lleváronme a mi casa, de donde volví en breve almismo puesto.Aquellamisma tarde hice conocimiento contigo y me prometiste lo que ahora va a finalizar. LORENZO—Pues esa misma tarde eché menos en casa (poco te importará lo que voy a decirte, pero para mí es el asunto de más importancia), eché menos un mastín 6 que suele acompañarme, y no pareció hasta el día siguiente. ¡Si vieras qué ley 7 me tiene! Suele 8 entrarse conmigo en el templo, y mientras hago la sepultura, ni se aparta un instante de mí. Mil veces, tardando en venir los entierros, 9 le he solido dejar echado sobre mi capa, guardando la pala, 10 el azadón y demás trastos 11 de mi oficio. TEDIATO —No prosigas, me basta lo dicho. Aquella tarde no se hizo el entierro. Te fuiste, el perro se durmió dentro del hoyo mismo. Entrada ya la noche se despertó, nos encontramos solos él y yo en la iglesia (mira qué causa tan trivial para un miedo tan fundado al parecer), no pudo salir entonces, y lo ejecutaría 12 al abrir las puertas y salir el sol, lo que yo no pude ver por causa de mi desmayo. LORENZO —Ya he empezado a alzar la losa 13 de la tumba. Pesa infinito. ¡Si verás en ella a tu padre! Mucho cariño le tienes cuando por verle pasas una noche tan dura... Pero ¡el amor de hijo! Mucho merece un padre. TEDIATO —¡Un padre! ¿Por qué? Nos engendran por su gusto, nos crían por obligación, nos educan para que los sirvamos, nos casan para perpetuar sus nombres, nos corrigen por caprichos, nos desheredan por injusticia, nos abandonan por vicios suyos. LORENZO—Será tu madre...Mucho debemos a una madre. 1 spilled 2 inconsciente 3 attendants 4 venido 5 praise 6 raza de perro grande 7 lealtad 8 tiene costumbre de 9 burial parties 10 shovel 11 herramientas 12 haría 13 gravestone El sueño de la razón produce monstruos , n. 43 de la serie Caprichos de Francisco de Goya, c. 1797-1799. Wikimedia Commons [elsuenodelarazon.jpg]. Alt text: Un grabado de aguafuerte y aguaƟnta de un hombre adormecido de bruces sobre su escritorio, con pluma y papel abandonados al sueño; desde el trasfondo le acechan por Ɵerra y aire búhos, murciélagos y gatos. Detrás del hombre se ve un gato negro agachado; acostado detrás de su silla, lo observa con calma un gato montés. El ơtulo de la pieza se lee en la parte delantera del escritorio.

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