Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición

282 Leyendas y arquetipos del Romanticismo español —¡Diez leguas a he andado por cuetos 1 y vericuetos 2 y estoy más que molido, 3 Condesa! Don Juan Manuel se había puesto en pie. La Condesa le interrumpió murmurando: —¡Válgate Dios 4 con la vida que traes! Pues es menester 5 recogerse 6 y cobrar fuerzas para mañana. Después, volviéndose a su nieta, añadió: —Tú le alumbrarás 7 y enseñarás el camino, pequeña. Rosarito asintió con la cabeza, como hacen los niños tímidos, y fue a encender uno de los candelabros que había sobre la gran consola 8 situada enfrente del estrado. Trémula 9 como una desposada 10 se adelantó hasta la puerta, donde hubo de esperar a que terminase el coloquio 11 que el mayorazgo y la anciana sostenían en voz baja.Rosarito apenas percibía un vagomurmullo. Suspirando apoyó la cabeza en el marco 12 y entornó los párpados. Sentíase presa de una turbación llena de palpitaciones tumultuosas y confusas. En aquella actitud 13 de cariátide b parecía figura ideal detenida en el lindar 14 de la otra vida. Estaba tan pálida y tan triste, que no era posible contemplarla un instante sin sentir anegado 15 el corazón por la idea de la muerte... Su abuela la llamó: —¿Qué te pasa, pequeña? Rosarito por toda respuesta abrió los ojos, sonriendo tristemente. La anciana movió la cabeza con muestra de disgusto, y se volvió a don Juan Manuel: —A ti aún espero verte mañana. El capellán nos dirá la misa de alba 16 en la capilla, y quiero que la oigas... El mayorazgo se inclinó, como pudiera hacerlo ante una reina. Después, con aquel andar altivo y soberano, 17 que tan en consonancia 18 estaba con la índole 19 de su alma, atravesó la sala.Cuando el portier cayó tras él, la Condesa de Cela tuvo que enjugarse 20 algunas lágrimas: —¡Qué vida. Dios mío! ¡Qué vida!... VIII La sala del pazo, aquella gran sala adornada con cornucopias 21 y retratos 22 de generales, de damas y de obispos, 23 yace 24 sumida 25 en trémula penumbra. La anciana Condesa dormita 26 en el canapé. Encima del velador parecen hacer otro tanto el bastón del mayorazgo y la labor de Rosarito. Tropel 27 de fantasmas se agita 28 entre los cortinones 29 espesos. 30 ¡Todo duerme! Mas he ahí que de pronto la Condesa abre los ojos y los fija 31 con sobresalto 32 en la puerta del jardín. Imagínase haber oído un grito en sueños, uno de esos gritos de la noche, inarticulados, y por demás medrosos. Con la cabeza echada hacia delante y el ánimo acobardado 33 y suspenso, permanece breves instantes en escucha... ¡Nada! El silencio es profundo. Solamente turba la quietud de la estancia el latir acompasado 34 ymenudo de un reloj,que brilla en el fondo apenas esclarecido... a Medida de distancia vieja y variable, generalmente de tres millas. b Columna de piedra en forma de mujer, de la antigüedad griega (en el templo de Erecteón, por ejemplo). Las cariátides del siglo XIX suelen ser muy sugestivas. 1 peñas rocosas 2 idem 3 exhausto 4 Dios te ayude 5 necesario 6 retirarse 7 darás luz 8 console , mueble similar al credenza 9 temblante, nerviosa 10 recién casada 11 la conversación 12 doorframe 13 postura 14 el límite, la frontera 15 inundado, invadido 16 amanecer 17 superior 18 conformidad 19 carácter, naturaleza 20 secarse 21 espejos con marco ornamental dorado 22 portraits 23 bishops 24 to lie 25 sumergida 26 está medio dormida 27 muchedumbre, masas confusas 28 se mueve 29 aumentativo de cortina 30 gruesos, pesados 31 enfoca 32 susto, espanto, temor 33 lleno de miedo 34 rítmico

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