Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición
277 Ramón del Valle-Inclán bastón, 1 añadió con fanfarronería: —Si antes lo hubiese sabido créeme que no tendría el honor de hospedarme 2 en tu palacio. —¿Por qué? —Porque tú nunca me has querido bien. ¡En eso eres de la familia! La noble señora sonrió tristemente: —Tú eres el que has renegado de todos. Pero ¿a qué viene recordar ahora eso? Cuenta has de dar a Dios de tu vida, y entonces... Don Juan Manuel se inclinó con sarcasmo: —Te juro, Condesa, que como tenga tiempo he de arrepentirme. El capellán, que no había despegado 3 los labios, repuso 4 afablemente 5 — afabilidad que le imponía el miedo a la cólera 6 del hidalgo: —Volterianismos a , don Juan Manuel... volterianismos que después, en la hora de la muerte... Don Juan Manuel no contestó. En los ojos de Rosarito acababa de leer un ruego 7 tímido y ardiente 8 a la vez. El viejo libertino miró al clérigo de alto a bajo, y volviéndose a la niña que temblaba, contestó sonriendo: —¡No temas, 9 hija mía! Si no creo en Dios, amo a los ángeles... El clérigo, en el mismo tono conciliador y francote, 10 volvió a repetir: —¡Volterianismos, don Juan Manuel!... ¡Volterianismos de la Francia!... Intervino con alguna brusquedad la Condesa a quien lo mismo las impiedades 11 que las galanterías del emigrado inspiraban vago 12 terror: —¡Dejémosle, don Benicio! Ni él ha de convencernos ni nosotros a él... Don Juan Manuel sonrió con exquisita ironía: —¡Gracias, prima, por la ejecutoria de firmeza 13 que das a mis ideas, pues ya he visto cuanta es la elocuencia de tu capellán! La Condesa sonrió fríamente con el borde de los labios y dirigió una mirada autoritaria al clérigo para imponerle silencio. Después, adoptando esa actitud seria y un tanto melancólica con que las damas del año treinta se retrataban y recibían en el estrado 14 a los caballeros, murmuró: —¡Cuando pienso en el tiempo que hace que no nos hemos visto!... ¿De dónde sales ahora? ¿Qué nueva locura te trae? ¡Los emigrados no descansáis nunca!... —Pasaron ya mis años de pelea, Condesa... Ya no soy aquel que tú has conocido. Si he atravesado la frontera ha sido únicamente para traer socorros 15 a la huérfana de un pobre emigrado, a quien asesinaron los estudiantes de Coimbra. b Cumplido 16 este deber 17 me vuelvo a Portugal. —¡Si es así, que Dios te acompañe!... V Un antiguo reloj de sobremesa dio 18 las diez. Era de plata dorada y de gusto pesado y barroco, 19 como obra del siglo XVIII. Representaba a Baco c coronado de pámpanos 20 y dormido sobre un tonel. 21 La Condesa contó las horas en voz alta, y volvió al asunto 22 de su conversación: a Relativo al escritor ilustrado francés Voltaire, exponente de la libertad de confesión, libertad de expresión y separación de Estado e Iglesia. b La Universidad de Coímbra, en Portugal, se fundó en el siglo XIII. c Nombre latinizado de Dionisio, dios griego de la vendimia o cosecha de la uva. 1 walking stick 2 quedarme 3 separado 4 respondió 5 agradablemente 6 enfado, enojo 7 una petitción 8 apasionada 9 no tengas miedo 10 sincero 11 hostilidades hacia la religión 12 general 13 ejecutoria...: sentencia de confirmación 14 sala de visitas 15 ayudas, auxilios 16 terminado 17 obligación 18 marcó 19 ornamentado 20 grapevine shoots 21 cask 22 tema
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