Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición

261 Julia de Asensi —Entonces fue cuando todos creyeron que había muerto la germanía, los mismos agermanados lo juzgaron así, porque habían perdido muchos jefes y nadie se comprometía a admitir el mando del puñado de hombres con que podían contar. Apareció el Encubierto, rodeado de misterios, sin nombre, sin historia, sólo se sabía que venía de la Huerta donde hacía muchos años vivía con su nodriza 1 y una hija de ésta, bella, joven y tan desconocida como él. Una vez que mi madre me llevó a Játiva vi a don Enrique que se hallaba en el templo. Llevaba una blusa o capa blanca según costumbre de los agermanados, era hermoso, elegante, a pesar de su pobre traje, y hablaba con una voz a la vez tan dulce y tan persuasiva que llegaba al alma. El pueblo escuchaba absorto sus parábolas, y por lo mismo que no siempre las entendía, le admiraba más. Hasta en la iglesia era aclamado y al salir de ella centenares de seres se unían bajo su bandera. Combatía y vencía siempre, en cada calle encontraba un hombre, en cada esquina un héroe; la germanía estaba salvada. —¿Y cómo ese oscuro hijo del pueblo, que se portó tan mal en sus primeros años, fue tan bravo y tan bueno después?—preguntó el compañero de armas de Cortes. —No se portó nunca más que como un hombre honrado y un valiente—contestó Inés con alguna exaltación que alarmó a Lorenzo. Al morir el príncipe don Juan, hijo de la reina Isabel y del rey Fernando, a y por consiguiente heredero 2 del trono, quedó viuda 3 su esposa la princesa doña Margarita. Triste y sin consuelo la desventurada fue confiada a un ser depravado, amigo y confidente b de don Felipe de Austria, c casado, como sabéis, con doña Juana. d Llegó la época de que diese a luz la princesa, y aquel hombre, de acuerdo con la mujer que la asistía, hizo desaparecer a un robusto niño que acababa de nacer, sustituyéndole por una niña débil y enfermiza que falleció muy pronto. Don Felipe a Los Reyes Católicos (él de Aragón y ella de Castilla), cuyo matrimonio sería la base de la nación española. b Juan Manuel, señor de Belmonte. c Felipe I de Castilla, “el Hermoso”, casado con Juana de Castilla, hija de los Reyes Católicos. d Juana “la Loca”, hija de los Reyes Católicos y madre de Carlos I. Es posible que no fuera loca, y que su padre y esposo, y luego su hijo, hayan conspirado para negarle el trono. 1 wet nurse 2 heir 3 widow Grabado de autor desconocido de dom Sebastião en la isla Encubierta en Robinsonader från alla verldsdelar de Richard Andrée, 1871. Wikimedia Commons [sebastiandurmiente. jpg]. Aun antes de la muerte de Sebastián, la creencia popular en o Encoberto , una figura nacional mesiánica, estaba muy difundida en Portugal. Según esta creencia, el Encubierto establecería un Quinto imperio , sucesor de los imperios asirio, persa, griego y romano, y encabezado por Portugal. A partir de 1603, João de Castro promulgó la identificación de Sebastián con o Encoberto . Alt text: Estampa en blanco y negro: El rey Sebastián I de Portugal, con corona, gola, coraza y guardabrazos, y vara de mando, descansa reclinado sobre grandes frondas tropicales y entre dos enormes leones acostados de bruces. Se arrodillan y se inclinan ante él dos hombres. En el trasfondo una multitud le canta guiada por un ángel. Detrás del Rey un ángel, de pie, sostiene un globo terráqueo con una cruz encima (símbolo del triunfo de la fe sobre el mundo) y canta al cielo. El ángel y el rey Sebastián están iluminados desde el cielo. En la parte superior de la escena, vides con musgo y pájaros que vuelan. El Rey y los leones están aburridos.

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