Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición

247 Josefa Ugarte Barrientos sin meditar 1 sus pasos el amante; y en la locura aquesta. Baja ligero del Chapiz la cuesta. 2 A orilla está del río, pasarle intenta en ciego desvarío: 120 ansioso busca un puente de desiguales troncos que allí había, hállale al fin, por él 3 con osadía el mancebo atrevido se adelanta, y apenas de la orilla se ha alejado, 125 siente confuso vacilar 4 su planta, 5 y húndese 6 en la corriente desplomado. 7 En sí vuelve la mora, y al hallar a su amante en lucha con el agua aterradora, 130 exclama en su agonía: “¡sálvanos por piedad! Virgen María!” Rásganse 8 entonces las opacas nubes, y hendiendo 9 el éter 10 con su raudo vuelo, cubierta de esplendor que desvanece, 11 135 en los aires diáfana 12 aparece una visión magnífica del cielo. Era un ángel de blanca vestidura, 13 que en el espacio inmenso se mecía; luz misteriosa y pura 140 sus célicos contornos envolvía; con su fulgor las sombras disipaba y a la tierra llegaba, mientra el torrente con su saña impía, a los tristes amantes arrastraba. 145 Las olas, impelíanse 14 violentas, y la muerte horrorosa por doquier se presenta pavorosa; e infelices luchando, entre las ondas vanse sepultando.... 15 150 1 pensar 2 La Cuesta del Chapiz es una pendiente o declive ( slope ) en el Albaicín que se dirige hacia el río Darro. 3 el puente 4 dar un traspié, stumble 5 pie 6 to sink 7 caído 8 apártanse, sepáranse 9 to cut through 10 el aire del cielo 11 evapora 12 transparente 13 ropa 14 empujábanse, impulsábanse 15 sepultar : to be buried or entombed Mas entonces el ángel misterioso, la aparición divina y bienhechora, hasta las aguas descendió piadoso, y a elevarse volvió majestuoso, llevando entre sus brazos a la mora. 155 El sacristán pasmado 16 con tan sublime celestial grandeza, al contemplarla atónito, 17 ecstasiado, también quiere volar entusiasmado a la mansión de luz y de pureza: 160 y asiéndose 18 del ángel a la blanca y brillante vestidura, sueña ya salvo 19 remontarse 20 al cielo, y piensa en su locura que ha de lograrse su insensato anhelo. 165 Pero negro, horroroso, por sus ojos mil llamas arrojando, un bulto apareciole monstruoso de tosca 21 faz sombría, que con afán horrendo 170 su cabellera asiendo otra vez al torrente le impelía. Luchar en vano intenta con la infernal visión aterradora: y mientras se elevaba 175 la blanca aparición consoladora, el negro bulto siempre le impulsaba; y entre tanto que rápido se hundía, el ángel con la mora en el inmenso espacio se perdía.... 180 :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: Y aquí, lector, llegando, Ruy Gómez despertando, absorto vio que sueño había sido toda la historia esa: y hallose con espanto 22 y con sorpresa, 185 bajo la reja de su amor, tendido. “¿Qué es esto, santo cielo?” confuso exclama por doquier mirando con sin igual anhelo; “¿es esto realidad o estoy soñando?....” 190 16 fascinado 17 maravillado 18 agarrándose, cogiéndose 19 seguro 20 subirse 21 bruta, bárbara 22 horror

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