Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición

212 Leyendas y arquetipos del Romanticismo español Mientras ella hablaba así, el joven, absorto en la contemplación de su fantástica hermosura, atraído como por una fuerza desconocida, se aproximaba más y más al borde de la roca. La mujer de los ojos verdes prosiguió así: —¿Ves, ves el límpido fondo de ese lago, ves esas plantas de largas y verdes hojas que se agitan en su fondo?... Ellas nos darán un lecho de esmeraldas y corales... y yo... te daré una felicidad sin nombre, esa felicidad que has soñado en tus horas de delirio, y que no puede ofrecerte nadie... Ven; la niebla del lago flota sobre nuestras frentes como un pabellón 1 de lino... 2 ; las ondas nos llaman con sus voces incomprensibles; el viento empieza entre los álamos sus himnos de amor; ven..., ven... La noche empezaba a extender sus sombras; la luna rielaba 3 en la superficie del lago; la niebla se arremolinaba 4 al soplo del aire, y los ojos verdes brillaban en la oscuridad como los fuegos fatuos 5 que corren sobre el haz de las aguas infectas... Ven..., ven... Estas palabras zumbaban en los oídos de Fernando como un conjuro. Ven... Y la mujer misteriosa le llamaba al borde del abismo, donde estaba suspendida, 6 y parecía ofrecerle un beso..., un beso... Fernando dio un paso hacia ella...; otro..., y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación fría en sus labios ardorosos, 7 un beso de nieve..., y vaciló..., 8 y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre. 9 Las aguas saltaron en chispas de luz y se cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata fueron ensanchándose, ensanchándose 10 hasta expirar en las orillas. El miserere (1862) Hace algunos meses que visitando la célebre abadía 11 de Fitero a y ocupándome en revolver algunos volúmenes en su abandonada biblioteca, descubrí en uno de sus rincones dos o tres cuadernos de música bastante antiguos, cubiertos de polvo 12 y hasta comenzados a roer 13 por los ratones. Era un miserere. b Yo no sé la música; pero la tengo tanta afición, 14 que, aun sin entenderla, suelo 15 coger 16 a veces la partitura 17 de una ópera, y me paso las horas muertas 18 hojeando 19 sus páginas, mirando los grupos de notas más o menos apiñadas, 20 las rayas, 21 los semicírculos, los triángulos y las especies de etcéteras, que llaman llaves, y todo a Pueblo de Navarra, en el norte de España. b Canto solemne de contrición a base del versículo tres del Salmo 50 de la Biblia Vulgata, y que empieza con la palabra miserere . 1 dosel: canopy ( of a bed ) 2 linen 3 to shimmer 4 de remolino : whirlwind 5 will-‘o-the-wisps ( swamp gas ) 6 flotando 7 apasionados 8 staggered 9 sombrío, melancólico 10 extendiéndose 11 monasterio 12 dust 13 comer, to gnaw 14 interés 15 tengo la costumbre de 16 tomar 17 composición musical 18 vacías, desocupadas 19 de hoja : leaf 20 agrupadas 21 líneas Fragmento de Miserere mei Deus del compositor barroco Francesco Scarlatti para sopranos, contralto, tenor, bajo, corneta, sacabuche, violines, viola y bajo continuo, 1714. Wikimedia Commons [Miserere.jpg]. Alt text: Fotografía de un folio de un manuscrito de música con notas musicales e indicaciones escritas por el mismo autor.

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