Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición

207 Gustavo Adolfo Bécquer IV Dicen que después de acaecido este suceso, 1 un cazador extraviado 2 que pasó la Noche de Difuntos sin poder salir del Monte de las ánimas, y que al otro día, antes de morir, pudo contar lo que viera, refirió cosas horribles. Entre otras, asegura que vio a los esqueletos de los antiguos templarios y de los nobles de Soria enterrados en el atrio de la capilla levantarse al punto de la oración con un estrépito 3 horrible, y, caballeros sobre osamentas 4 de corceles, 5 perseguir como a una fiera a una mujer hermosa, pálida y desmelenada, 6 que con los pies desnudos y sangrientos, y arrojando gritos de horror, daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso. Los ojos verdes (1861) Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título. Hoy, que se me ha presentado ocasión, lo he puesto con letras grandes en la primera cuartilla 7 de papel, y luego he dejado a capricho volar la pluma. Yo creo que he visto unos ojos como los que he pintado en esta leyenda. No sé si en sueños, pero yo los he visto. De seguro no los podré describir tales cuales ellos eran, luminosos, transparentes, como las gotas de la lluvia que se resbalan 8 sobre las hojas de los árboles después de una tempestad de verano. De todos modos, cuento con la imaginación de mis lectores para hacerme comprender en este que pudiéramos llamar boceto 9 de un cuadro 10 que pintaré algún día. I —Herido va el ciervo..., herido va; no hay duda. Se ve el rastro 11 de la sangre entre las zarzas 12 del monte, y al saltar uno de esos lentiscos 13 han flaqueado 14 sus piernas... Nuestro joven señor comienza por donde otros acaban... En cuarenta años de montero 15 no he visto mejor golpe... 16 Pero, ¡por San Saturio, patrón de Soria!, cortadle el paso por esas carrascas, 17 azuzad 18 los perros, soplad en esas trompas 19 hasta echar 20 los hígados 21 y hundidles a los corceles una cuarta 22 de hierro en los ijares 23 ; ¿no veis que se dirige hacia la Fuente de los álamos, 24 y si la salva antes de morir podemos darle por perdido? Las cuencas 25 del Moncayo repitieron de eco en eco el bramido de las trompas, el latir 26 de la jauría 27 desencadenada, 28 y las voces de los pajes resonaron con nueva furia, y el confuso tropel 29 de hombres, caballos y perros se dirigió al punto que Íñigo, el montero mayor de los Marqueses de Almenar, a señalara como el más a propósito para cortarle el paso a la res. Pero todo fue inútil. Cuando el más ágil de los lebreles 30 llegó a las carrascas jadeante 31 y cubiertas las fauces 32 de espuma, 33 ya el ciervo, rápido como una saeta, 34 las había salvado de un solo brinco, 35 perdiéndose entre los matorrales 36 de una trocha que conducía a la fuente. a Señorío de la provincia de Soria. 1 evento 2 perdido 3 ruido 4 huesos, esqueletos 5 caballos de guerra 6 despeinada, disheveled 7 mitad de la página 8 se deslizan, to slide 9 bosquejo, sketch 10 escena, pintura 11 trail 12 blackberries 13 tipo de arbusto, de shrub 14 aflojado, debilitado 15 cazador 16 tiro 17 encina pequeña 18 incitar, animar 19 trompeta, cuerno 20 reventar, vomitar 21 entrañas, guts 22 un palmo, aprox. 20cm 23 ijada, flank 24 poplars 25 valles, glens 26 ladrar, barking 27 conjunto de perros 28 suelta, desatada, libre 29 horda 30 greyhounds 31 exhausto 32 la boca 33 foam 34 flecha 35 salto 36 thickets

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