Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición

204 Leyendas y arquetipos del Romanticismo español —¡En el Monte de las ánimas—murmuró palideciendo 1 y dejándose caer sobre el sitial 2 —; en el Monte de las ánimas! Luego prosiguió con voz entrecortada y sorda: —Tú lo sabes, porque lo habrás oído mil veces; en la ciudad, en toda Castilla, me llaman el rey de los cazadores. No habiendo aún podido probar 3 mis fuerzas en los combates, como mis ascendentes, 4 he llevado a esta diversión, imagen de la guerra, todos los bríos 5 de mi juventud, todo el ardor, 6 hereditario en mi raza. La alfombra 7 que pisan tus pies son despojos 8 de fieras que he muerto por mi mano.Yo conozco sus guaridas y sus costumbres; y he combatido con ellas de día y de noche, a pie y a caballo, solo y en batida, y nadie dirá que me ha visto huir el peligro en ninguna ocasión. Otra noche volaría por esa banda, y volaría gozoso 9 como a una fiesta; y, sin embargo, esta noche.... esta noche. ¿A qué ocultártelo?, tengo miedo. ¿Oyes? Las campanas doblan, la oración ha sonado en San Juan del Duero, a las ánimas del monte comenzarán ahora a levantar sus amarillentos cráneos 10 de entre las malezas 11 que cubren sus fosas... 12 ¡las ánimas!, cuya sola vista puede helar de horror la sangre del más valiente, tornar sus cabellos blancos o arrebatarle 13 en el torbellino 14 de su fantástica carrera 15 como una hoja que arrastra el viento sin que se sepa adónde. Mientras el joven hablaba, una sonrisa imperceptible se dibujó en los labios de Beatriz, que cuando hubo concluido exclamó con un tono indiferente y mientras atizaba 16 el fuego del hogar, donde saltaba y crujía la leña, 17 arrojando chispas de mil colores: —¡Oh! Eso de ningún modo. ¡Qué locura! ¡Ir ahora al monte por semejante friolera! 18 ¡Una noche tan oscura, Noche de Difuntos, y cuajado 19 el camino de lobos! Al decir esta última frase, la recargó 20 de un modo tan especial, que Alonso no pudo menos de comprender toda su amarga 21 ironía, movido como por un resorte 22 se puso de pie, se pasó la mano por la frente, 23 como para arrancarse el miedo que estaba en su cabeza y no en su corazón, y con voz firme exclamó, dirigiéndose a la hermosa, que estaba aún inclinada sobre el hogar entreteniéndose en revolver 24 el fuego: —Adiós Beatriz, adiós... Hasta pronto. —¡Alonso! ¡Alonso!—dijo ésta, volviéndose con rapidez; pero cuando quiso o aparentó 25 querer detenerle, el joven había desaparecido. A los pocos minutos se oyó el rumor de un caballo que se alejaba al galope. La hermosa, con una radiante expresión de orgullo satisfecho que coloreó sus mejillas, prestó atento oído a aquel rumor que se debilitaba, 26 que se perdía, que se desvaneció 27 por último. Las viejas, en tanto, continuaban en sus cuentos de ánimas aparecidas; el aire zumbaba en los vidrios del balcón y las campanas de la ciudad doblaban a lo lejos. III Había pasado una hora, dos, tres; la medianoche estaba a punto de sonar, y a Un monasterio de la orden militar de los Hospitalarios (también fundada en época de las Cruzadas). Se ubicaba en la ribera del Río Duero, que pasa por Soria. 1 poniéndose pálido 2 silla de honor 3 mostrar, examinar 4 antepasados 5 energías, gracias 6 pasión 7 rug 8 trofeos 9 alegre 10 huesos de la cabeza 11 weeds 12 tumbas 13 to snatch away 14 whirlwind 15 corrida, trayectoria 16 avivaba, renovaba 17 madera que se quema 18 cosa de poca importancia 19 denso con 20 enfatizó 21 bitter 22 spring 23 forehead 24 remover 25 dio apariencias 26 se extinguía 27 se desapareció

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