Leyendas y arquetipos del Romanticismo español, Segunda edición

81 José de Espronceda blanca, flotante nube, que en la umbría 1 noche, en alas del céfiro se mece; su airosa ropa, desplegada al viento, semeja en su callado movimiento: 600 humo süave de quemado aroma que al aire en ondas a perderse asciende, rayo de luna que en la parda 2 loma, 3 cual un broche 4 su cima 5 al éter 6 prende 7 ; silfa que con el alba envuelta asoma 605 y al nebuloso 8 azul sus alas tiende, de negras sombras y de luz teñidas, entre el alba y la noche confundidas. Y ágil, veloz, 9 aérea y vaporosa, que apenas toca con los pies el suelo, 610 cruza aquella morada tenebrosa 10 la mágica visión del blanco velo: imagen fiel de la ilusión dichosa que acaso el hombre encontrará en el cielo. Pensamiento sin fórmula y sin nombre, 615 que hace rezar y blasfemar al hombre. Y al fin del largo corredor llegando, Montemar sigue su callada guía, y una de mármol 11 negro va bajando de caracol 12 torcida 13 gradería, 14 620 larga, estrecha 15 y revuelta, 16 y que girando 17 en torno de él y sin cesar veía suspendida en el aire y con violento, veloz, vertiginoso 18 movimiento. 1 sombra, espacio ensombrecido 2 color marrón oscuro, dark brown 3 colina, knoll 4 prendedor, una joya que se lleva en el pecho como adorno, brooch 5 punto más alto 6 aire, cielo 7 sujetar, poner 8 brumoso, misty , cloudy 9 rápida 10 oscura, sombría, siniestra 11 marble 12 de caracol: spiral 13 twisted 14 escalera 15 narrow 16 twisted 17 spinning 18 dizzying Ilustración de la traducción francesa de The Monk , la novela góƟca del inglés MaƩhew Gregory Lewis de 1796. Autor desconocido. Wikimedia Commons [le_moine.jpg]. Alt text: Ilustración de grabado en blanco y negro. En una escena de noche, dos personas hablan enfrente del portal del CasƟllo de Lindenberg, con un carruaje y un conductor esperando en el fondo. El galante Raymond se encuentra con una esbelta mujer vesƟda de monja, con la cara velada, llevando una lámpara y una daga, y sangrando de la cintura. Raymond cree que la mujer es su amada, Inés, disfrazada de la Monja ensangrentada, un fantasma que habita el casƟllo. En la huida en el carruaje, Raymond le quitará el velo y descubrirá que es la Monja ensangrentada misma. Al pie de la ilustración se lee “Agnès, Agnès, tu es à moi. Je suis à [toi] pour la vie” [Inés, Inés, tú eres mía. Yo soy tuya de por vida]. Y en eterna espiral y en remolino 625 infinito prolóngase y se extiende, y el juicio pone en loco desatino 19 a Montemar que en tumbos mil desciende. 19 desconcierto, confusión

RkJQdWJsaXNoZXIy NTc4NTAz